Sentir el cobijo, de mi hombro amigo,
saber que estás, sin importar dónde estás,
cruzar una mirada, y llegar a un alma,
escuchar tu risa, y comprender el chiste,
sentirte desnudo, y sentirte protegido,
conocer una vida, y querer saber más,
tener otro hogar, donde compartir y amar
y ahora os vais
y mi cuello queda cojo, tuerto y despistado
buscando un refugio que ya se ha esfumado
y duele saber que estás,
pero ¡estás tan lejos!
que yo siempre estaré aquí.
Si pierdes la mirada, te puedo imaginar
si quieres un amparo, venme a buscar
y esta alma queda impar,
sin tu sonrisa que atender
sin donde irse a desnudar
sin albergue en que guarecer
y ahora os vais